lunes, 10 de diciembre de 2012

Malos estudiantes…con motivo


Malos estudiantes…con motivo





Este post fue publicado en el blog de www.opticayvision.com en Septiembre 2010


Soy la 4ª de 5 hermanos, 4 de nosotros hemos sido muy buenos estudiantes, con expedientes académicos brillantes. Los 4 hemos estudiado al menos una carrera y posteriores masters. Sin embargo uno de mis hermanos era un pésimo estudiante. Ya de pequeño decía que le daba fiebre cuando se ponía delante del libro abierto y veía como se le pasaban horas sin comprender lo que leía.
Mi madre se desesperaba tratando de hacerle razonar las matemáticas e intentando que no le cogiera manía a unas asignaturas que se le atravesaban desde el primer día. Le proponía leer mil libros diferentes todos con bonitas ilustraciones para ver si lograba que le atrayese la lectura, él se quedaba en los dibujos incapaz de disfrutar con la lectura de los textos.
Fue pasando de un colegio a otro y conoció muchos profesores particulares. Todo daba el mismo resultado. Y a los 16 años, tal como se vaticinaba desde que comenzó 1º de EGB, dejó los estudios. Hoy cumplidos ya los 40 sigue sin haber leído un libro y cada vez que hablamos de los tiempos del colegio, se le adivina un atisbo de envidia al oírnos hablar a los demás de los buenos recuerdos que guardamos de aquella época de nuestra vida. Sigue sin entrarle en la cabeza que disfrutemos leyendo un libro más que jugando con la Wii.
Por mi consulta pasan muchos niños que me recuerdan a él. Niños con dificultades académicas y la mayoría de las veces un ego muy mermado. Con padres desesperados porque no saben cómo ayudarle. No puedo evitar pensar en mi hermano cuando, tras un tratamiento de terapia visual, les damos el alta viendo que sus notas han mejorado y que, sobretodo, han ganado una seguridad en ellos mismos y en sus posibilidades que les hacen enfrentarse a los retos diarios sin miedo y disfrutando. No puedo evitar pensar que si a mi hermano le hubieran diagnosticado la pequeña hipermetropía que tiene, y le hubieran tratado con terapia visual, las dificultades que le ocasionaba para mantener una visión nítida y enfocada durante un tiempo prolongado, de tal modo que le hubiera resultado fácil concentrase en lo que veía sin que eso le costase tanto esfuerzo, seguramente hubiera tenido una época escolar menos traumática y la recordaría con mayor alegría.
A día de hoy son mayoría los casos de dificultades escolares que tratamos en la consulta. Más del 60% de los casos se trata de niños que no tienen ninguna ametropía (miopía, hipermetropía o astigmatismo) y que tienen una buena agudeza visual, que son capaces de ver muy bien de lejos y de cerca, por lo que nadie, ni padres, ni pediatras sospechan que la visión pueda ser la causa del problema de rendimiento que tienen sus hijos.
En estos casos, el sistema visual tiene dificultades para mantener bien equilibradas las habilidades visuales que facilitan que tengamos una binocularidad estable, de manera que a estos niños les resulta muy costoso mantener la atención en un texto y comprender lo que leen. Suelen ser lectores lentos con baja comprensión lectora y poca concentración. Niños que tienen dificultades para copiar de la pizarra al cuaderno, que cuando el profesor borra las cosas de la pizarra ellos aún no habían acabado de copiarlas. Que aprenden las cosas de memoria incapaces de razonarlas. Y que se quedan rápido con las cosas que oyen, pero no con las que leen.
En definitiva, se trata de alumnos frustrados porque sus esfuerzos no se corresponden con los resultados que obtienen. Hacer los deberes y estudiar en casa se convierte en una tortura para padres e hijos, que se desesperan viendo como el ”rato” de hacer los deberes se alarga cada vez más y se cuaja de discursiones y desesperación por ambas partes.
Un error común es confundir la vista con la visión. La visión es un proceso complejo que culmina con la comprensión de lo que ven los ojos. De ahí que niños con buena agudeza visual de lejos y  de cerca y sin necesitar gafas, no sepan comprender lo que ven.
La terapia visual perceptual es un tratamiento muy eficaz en estos casos. Se trata de ejercicios diarios que se hacen en casa durante 10 ó 15 minutos, según la edad y situación personal de cada niño. Con estos ejercicios se trabajan habilidades visuales monoculares, binoculares y perceptuales, como la memoria visual, la manipulación espacial de imágenes, la direccionalidad y lateralidad, las secuencias, etc. Con ella se consigue equilibrar el sistema visual, de tal modo que sea capaz de mantener una visión nítida con cambios de enfoque inmediatos y movimientos oculares suaves. Logrando que el cerebro saque el máximo partido de la información visual que le está llegando a través de los ojos. Consiguiendo que la visión sea una herramienta más de aprendizaje.
En los últimos años a estas terapias de habilidades visuales y perceptuales se les han sumado la terapia de integración de Reflejos primitivos, mejorando aún más los resultados que se obtienen.
El tema de la terapia visual da para escribir durante meses en este blog, a pesar de tratarse de tratamientos que se trabajan desde hace cerca de 50 años, todavía son una novedad para mucha gente. Las técnicas han ido cambiando adaptándose a las nuevas tecnologías, y hoy se emplean instrumentos como la PSP, la NDS, la Play Station o la Wii para trabajar habilidades visuales y perceptuales.

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